SEMANA DE ZARZUELA

LA ROSA DEL AZAFRÁN

La zarzuela La Rosa del Azafrán fue estrenada el 14 de marzo de 1930 en el teatro Calderón de Madrid. Congregó a las grandes figuras de la lírica -en escena Felisa Herrero, Emilio Sagi-Barba, Valentín Gonzalo, María Téllez, Ramona Galindo, Eladio Cuevas-, artistas que obtuvieron un resonante éxito bajo la batuta de Jacinto Guerrero.

El vestuario que lucieron las primeras figuras se diseñaron siguiendo los patrones de la época y los decorados fueron sacados del patio y molino de la casa de los familiares de Federico Romero en La Solana, y de la esbelta torre de esta localidad que lució en alguno de los cuadros de la obra.

Los periódicos de la época -muchas más cabeceras de las que quedan hoy en Madrid- saludaron alborozados al día siguiente a la nueva zarzuela de corte rural. ABC ensalzaba a los principales protagonistas de la obra: "A la mayor brillantez de la jornada hay que asociar muy destacadamente los nombres victoriosos de Felisa Herrero y Emilio Sagi-Barba" y finalizaba de esta manera: "Los autores, acompañados de los intérpretes, se personaron en el proscenio innúmeras veces a la conclusión de los actos".

El rotativo El Debate, comenzaba su crónica de Joaquín Turina aupando a los autores del libreto: "Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw han hecho todo un libro de zarzuela interesante, ameno y distraído". En elHeraldo de Madrid destacaba el titular en la sección Estrenos: "La Rosa del Azafrán del maestro Guerrero, consiguió un éxito unánime, anoche en el Calderón" . En El Liberal, el crítico Julio Gómez se manifestaba así: "La partitura de La rosa del azafrán, para nuestro gusto, es la mejor que hasta ahora ha producido Guerrero. La Mancha es por aproximación su patria chica….en suma; un gran éxito, y a nuestro parecer, muy merecido. Lo que estaba haciendo falta esta temporada y tardaba en llegar".

Los periódicos El Socialista y El Sol también desataban sus elogios a la hora de enjuiciar el estreno. El primero hablaba de "un triunfo claro de La rosa del azafrán, que se sostendrá en los carteles gallardamente". El Solse ocupaba de los libretistas con enjundia: "La zarzuela que anoche estrenaron los señores Romero y Fernández Shaw es justamente una obra técnicamente bien hecha". También El Imparcial mostraba lo que fue el estreno de la obra en el titular de cabeza: "La rosa de azafrán obtiene un ruidoso éxito" y comenzaba la crónica con "un triunfo guerreriano, un éxito de los que se señalan por aclamaciones estruendosas, apoteosis de luminaria e incontables llamadas a escenas".

La Nación indaga sobre el espacio en el que transcurre la obra que no lo develaron pero dieron pistas para averiguar que se trataba de La Solana: "En La Mancha, y en un lugar más próximo al Azuer que al Guadiana….". Y La Libertad analizaba así a la nueva obra: "Una zarzuela en que está el asunto cuidado con plena sabiduría. Una zarzuela en la que los personajes tienen sabor de humanidad. Finalizaba la amplísima crítica de esta manera: "El éxito fue clamoroso, y los autores, muy emocionados, salieron muchas veces a la escena a recoger los aplausos unánimes del auditorio".

La Rosa del Azafrán

Fiesta de exaltación manchega en Madrid

Los éxitos diarios de la zarzuela La rosa del azafrán en el madrileño Teatro Calderón, con llenos a rebosar, propiciaron la idea de que una embajada solanera se desplazara a la Villa y Corte, cuando se cumpliera la quincuagésima representación. El auspiciador de tal empresa fue el médico de La Solana Juan Izquierdo, con doble objetivo. Por un lado, homenajear a los autores de la obra que se inspiraron en las costumbres y tradiciones de la citada villa y, por otro, aprovechar para relanzar los productos típicos manchegos como azafrán, vino, queso, aceite, harinas y cominos.

Tan feliz iniciativa cayó bien en la población e inmediatamente se constituyó una comisión organizadora -además del susodicho doctor- en la que figuraban el abogado Francisco García–Catalán y el alcalde Adelín del Rey, junto a otras personas, como Gabriel Jarava, Rafael Luna, Pedro José Velasco y el comerciante Manuel Fernández.

Se fijó la fecha de 23 de abril de 1930 para tan grata jornada y comenzaron los preparativos, acordándose que varias mozas solanerasacudieran ataviadas con la clásica indumentaria manchega. Ellas fueron las encargadas de repartir bolsitas de azafrán y cominos a la entrada del teatro. El personal masculino acudió luciendo el típico pañuelo de yerba y otros tocados de montera.

Estaban seguros del reto que tenían por delante: subir al escenario para compartir con cantantes y demás protagonistas, algunos números cantables de la obra. La decepción fue mayúscula, puesto que el sueño albergado durante meses se desvaneció rápidamente. La dirección del coliseo propuso que subirían al proscenio, una vez acabada la obra, para una sesión fotográfica que reflejara los momentos históricos vividos, pero nada más.

Otra anécdota curiosa del viaje la contó hace años una de las niñas que por aquellos días figuraba en la comitiva solanera, Adela, hija del alcalde Adelín del Rey Dotor: "En el trayecto de la Villa de la Zarzuela a Manzanares, uno de los vehículos se averió y hubo de solicitarse los servicios del popular coche de Abad que tampoco anduvo fino en el trayecto hasta la capital de España, puesto que llegó con la hora muy apretada, cuando estaban a punto de abrir el telón para la representación".

Según las crónicas de la época el teatro presentaba un aspecto deslumbrante. En muchas localidades se vieron rostros conocidos. Habían acudido muchísimos manchegos procedentes de Ciudad Real, Manzanares, Daimiel, Alcázar de San Juan y Valdepeñas y de La Solana, sobre todo. En uno de los entreactos, el abogado Francisco García-Catalán, conocido como Paco el Gafas en los ambientes solaneros y mencionados en la obra, dio lectura a una creación suya. Un bellísimo texto con el siguiente título: "De villa a villa…. de La Solana a Madrid", que fue largamente aplaudido. Ya no había dudas. Las cuatro versos que los autores publicaron a manera de adivinanza, referido al lugar en el que transcurría la acción: "Un lugar de la Mancha imaginario / más cerca del Azuer que del Guadiana / una comedia limpia, suave y llana /como la tierra que le da escenario….. Era La Solana. En la memorable jornada no faltaron ovaciones estruendosas, saludos de los autores y vítores a La Mancha.

La Rosa del Azafrán

La representación de La Rosa en La Solana, una vez que dejara la cartelera madrileña, era uno de los objetivos a lograr por el alcalde, emparentado con Federico Romero, quien prometió llevarle la compañía al completo. El 24 de julio del mismo año, la zarzuela manchega por excelencia y genuinamente solanera era estrenada en La Solana en la víspera de lafestividad de Santiago Apóstol, patrono particular de La Solana. En pleno verano hizo un frío que pelaba, incidencia meteorológica que no fue determinante para ahuyentar a los espectadores que llenaron por completo las localidades que se pusieron a la venta en las dos funciones.

El elenco artístico de la compañía viajó al completo, excepto el barítono Emilio Sagi-Barba que fue sustituido por Marcos Redondo. El público que llenaba la Plaza de Toros, que sirvió de improvisado auditorio, se iba identificando en las dos funciones, con alusiones costumbristas y con los personajes que aparecían en la obra que allí estaban.

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